miércoles, marzo 29, 2006

El marzo francés o la inmadurez de los pueblos.

De un tiempo a esta parte estamos viendo diariamente una situación de violencia creciente en Francia, lo que se ha llegado a denominar el "marzo francés". Es curioso, pero parece que la historia vuelva a repetirse.
La juventud estudiantil, vuelve a revelarse y a exigir "sus derechos". ¿Sus derechos? ¿en base a qué? Ellos piden que se derogue un contrato de trabajo basura y luchan por mantener sus privilegios. Justo por eliminar la palabra "privilegio" se armó la que se armó allí mismo un 14 de Julio, ¿No quedamos en que los privilegios ya quedaron abolidos en 1789? ¿que hacen entonces? ¿porqué rompen escaparates? ¿que culpa tienen de todo esto los comerciantes?
Ahora son ellos los privilegiados, y por supuesto piensan seguir quemando todos los coches posibles para mantenerlos. No se dan cuenta que los que de verdad tendrían que estar desafiando al estado son las personas que pidan libertad de contratación. Nadie debe permitir que se metan en los negocios que yo tenga con un señor o señora de mutuo acuerdo. ¿Quién es el Estado para decirme a mí cuánto o como debo pagar a alguien que trabaja para mí? eso será cosa mía y de mi empleado. Es como si el Estado me obligase a no usar mi coche los primeros jueves de cada mes, igual de absurdo; nadie tiene derecho a decidir sobre l oque es mío, salvo que lo haga con un contrato y de mutuo acuerdo. Para eso si debería estar justificado un desafío al Estado. Pero nadie lo hace, nos hemos apoltronado en la comodidad, preferimos tranquilidad a autosuficiencia, conformidad frente a libertad. Son los priviliegiados los que salen a las calles, y se creen unos explotados; quizás es que no se acuerdan de cuando sus padres o sus abuelos buscaron trabajo, que lo tuvieron mucho peor; ellos ya lo quieren todo hechito.
Para colmo de males, está que no se dan cuenta de que si no se flexibiliza el mercado laboral debido a la fuerte competencia exterior pronto no quedará nadie en Francia con trabajo, es o eso, o nada. Una de las causas del malestar y la decadencia de la sociedad francesa en estos últimos años es precisamente que nadie tiene trabajo. Y eso no se soluciona intentando derogar esa reforma laboral, sino todo lo contrario. Villepin lo sabe y hace lo posible para remediarlo, pero con gente que no ve más allá de sus narices poco se puede hacer. Y les llaman héroes.

2 comentarios:

Gonzalo Varo Ortega dijo...

Lo has clavado desde el inicio: no defienden derechos, defienden privilegios.

Bienvenido y suerte.

vitio dijo...

Muchas felicidades por tu blog. Puesto que me ha gustado mucho, lo voy a agregar al mío.
Lo podeís ver en
http://clubliberal.blogspot.com/
Saludos liberales.