lunes, julio 09, 2007

De sistemas electorales (1)

Pasadas las elecciones municipales, me veo obligado a volver a sacar tan manido tema y a dar mi opinión sobre ello. Estructurare la exposición en 3 partes, el problema, las posibles soluciones y mi opción final.

Resulta que en España vemos como 2 partidos perdedores se unen para no dejar gobernar al que ganó las elecciones, ya que éste no lo hizo por mayoría absoluta. Vemos como partidos que ni llegan al 2% de los votos son llaves para los gobiernos, partidos minoritarios que cumplen sus revindicaciones chantajeando a la mayoría. ¿Es esto justo? ¿Cómo lo solucionamos?

El PP propone que gobierne la lista más votada, ¿serviría de algo? si la lista más votada tiene 5 y los demás tienen 6, pueden ponerse de acuerdo para tumbarle todas sus propuestas. Esto no sirve.

En primer lugar, deberemos fijarnos en la práctica inexistente división de poderes que existe en nuestro país. Los gobiernos (tanto locales, autonómicos y nacionales) son 
elegidos indirectamente a través de los distintos parlamentos, y tal vez sea aquí donde radique el problema. El poder real lo tienen los gobiernos, ellos son los que proponen leyes (son el auténtico legislativo) y los que las aplican. Los parlamentos son meras comparsas que dicen a todo que sí. Por si fuera poco el mismo legislativo también elije al judicial, aunque esto es otra historia. Todo esto rompe una de las escencias de la democracia, que es la división de poderes.

En segundo, la orientación claramente partidista de nuestro sistema. La democracia representativa consistía en que unas personas, ante la imposibilidad de reunirse todas ellas, delegaban en otras su autoridad. Delegaban su autoridad en personas, no en partidos.
Actualmente, se vota una lista cerrada confeccionada por un partido, se vota a una asociación, a un colectivo, no a una persona. 
Estas asociaciones deciden por nosotros quienes van a ostentar el poder falseando de nuevo 
la democracia.

En tercer lugar, tenemos las barreras electorales, al Congreso y a los paramentos autonómicos, tenemos una barrera del 3% de los votos por provincia, y en las municipales un 3% también en todo el municipio. De Valencia ni hablamos que querían subirlo a un 5% si no lo tienen ya.
Por el simple hecho de tener barrera, sería aventurado definir como democracia auténtica a aquellos países que la tuvieran. Hablemos de listas, partidos o personas, un 3% de los votos reuqiere su 3% de representación parlamentaria, todo lo demás es injusto.

Como colofón final, las circunscripciones provinciales. En un sistema mayoritario, en el que se vote al candidato, pueden tener sentido para evitar tener un sistema demasiado complejo de voto pero, en un sistema proporcional 
como es el nuestro ¿qué sentido tiene?
Una vez más deformar los resultados para engordar las mayorías y dificultar el acceso a 3º y 4º listas más votadas. Si las elecciones son al Congreso, la circunscripción debe ser toda España, y si son a la comunidad autónoma la propia comunidad (las uniprovinciales ya tienen eso resuelto). Así no se daría el caso de votos que valen más o menos según el lugar dónde uno se encuentre. 1 persona un voto es otra de las premisas que se rompen con el sistema español.

En conclusión, ni hay auténtica división de poderes, ni auténtica democracia representativa, se excluyen minorías y los votos no valen igual según quien vote. Cuesta mucho llamar democracia auténtica a algo así.


Las posibles soluciones, después de la publicidad, sean pacientes amigos.