Hoy sabemos que incluso desde los primeros tiempos de la Transición ya se usaban comisiones y tratos de favor para financiar partidos. Los políticos y los partidos a los que representan se han retratado tal como son: unos ineptos chupatintas que lo único que les importaba era enriquecerse personalmente sin importar tirar el dinero tan sufridamente ganado por los ciudadanos en obras faraónicas absurdas.
Hoy sabemos, gracias a una filtración de un empleado de HSBC, también que hay 570 españoles que tienen cuentas sin declarar en suiza: políticos y empresarios de cualquier color y tipo.
Hoy sabemos como nos asustan con la crisis, y como nos recortan servicios públicos y nos ahorcan a impuestos, mientras ellos continúan con sus sueldos intactos, sus dietas y sus persistentes políticas públicas asignadas por amiguismo y compadreo, incluso con la que está cayendo.
Toda una élite corrupta dedicada a enriquecerse explotando a la mayoría de los ciudadanos escudándose en la crisis. Es el Versalles del siglo XXI.
Yo he de confesar, que aunque no me ha pillado de sorpresa, todo lo que he visto pasar en estos 3 últimos años ha supuesto para mí una pérdida de inocencia. Tenía mis sospechas, pero aún así me ha sorprendido la generalización de la corrupción y la falta de compasión de nuestros gobernantes. Se ha demostrado que todos los que estaban en política entraban en ese juego y el que no entraba tarde o temprano ya se encargarían de sacarlo. Y como era práctica generalizada, los que no lo hacían eran minoría y eran tontos de no hacerlo, de no entrar en ese juego.
Mi pregunta es si más gente como yo, de mi edad o tal vez menor, se ha dado cuenta de lo que de verdad es España. Con la idiosincrasia corrupta permanente de nuestras élites gobernantes y la pasividad de la sociedad unida a una falta de civismo generalizada, yo veo a España como un país a pique de ser un estado fallido. Los gobernantes no cumplen la ley, explotando a la sociedad, ahorcándolos con impuestos e impidiéndoles procurarse una vida con un trabajo o una empresa. Masas y masas de gente sin esperanzas con cada vez menos que perder. Es el Versalles del siglo XXI.
¿Cuánto más nos queda? ¿Hasta dónde aguantaremos? ¿Habrá o no un detonante que haga cambiar la situación? Cuándo estudiemos todo esto desde el futuro, ¿Lo veremos como una conquista histórica más del poder ciudadano gracias a la concienciación de la sociedad, desterrando todas estas prácticas que nos han llevado al desastre? ¿O la situación mejorará lo suficiente para que aguantaremos permanentemente con este sistema de élites corruptas?
¿Son estos tiempos los de una fiebre que vaticina un cambio o no tenemos remedio y tarde o temprano volveremos a las andadas? ¿Ha perdido la virginidad la sociedad española?
Yo, a día de hoy, soy pesimista y creo que la situación aún habría de empeorar mucho para que algo cambiase, y si cambia, conociéndonos sería de forma violenta. Aunque aún quiero creer en el cambio positivo. ¿Cómo lo veis?