"En aquella primera edad, y en aquel siglo dorado, todos vivían en paz, cada uno cultivaba sus tierras, plantaba sus olivos, cogía frutos, vendimiaba sus viñas, regaba sus panes, y criaba sus hijos: finalmente, como no comían sino de sudor propio, vivían sin perjuicio ajeno."
Fray Antonio de Guevara, Libro del Emperador Marco Aurelio, 1529, cap. XXXI.